lunes, 26 de enero de 2015

#tdaFRÍO


Aún cuando la temperatura exterior era calurosa… porque en realidad estábamos en verano…tras una conversación en una terraza…con una madre de un alumno…brotaban sin cesar unas lágrimas #frías por nuestro rostro…un sentimiento #frío…puntualmente se nos quedaba el corazón #frío…momento #frío…

El #frío como consecuencia de un anuncio, un DIAGNÓSTICO con un nombre y un apellido…TDAH CONCERTA. Así se llama la enfermedad de moda y su tratamiento. Y el desconsuelo de esa madre, que se debatía entre seguir presenciando los continuos fracasos escolares de su hijo o aceptar medicarlo para poner un parche…una tirita en una herida que supuraba…y no terminaba de curarse. TDAH…TDAH…TDAH…Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad.

Es en esos momentos cuando te sientas a leer, a veces es peor...pero no lo puedes evitar. Te quedas helada cuando lees que un 5% de niños y adolescentes entre los 6 y 17 años en la Unión Europea padecen este problema, calculas o quizás no te hace falta…la misma web te facilita el escalofriante dato...3,3 millones de niños; Pulsas la flecha de tu ordenador, para seguir engullendo datos y lees que en España, estudios recientes sugieren que el porcentaje de niños y niñas etiquetados con TDAH es de un 6,8%. Si esto es ya es preocupante y produce #frío,…peor aún es observar en tu día a día, que el problema va “in crescendo”.

Entonces recuerdas un antigüo artículo y lo recuperas, un texto en el que un famoso psiquiatra llamado Allen Frances aseguraba que “Vamos camino de ser una sociedad adicta a las pastillas”. El señor Frances relata que como psiquiatra, asume su parte de responsabilidad en todo lo que él mismo critica. Quizás se ha convertido en un renegado para muchos de sus colegas…quizás esté intentando alertarnos de que algo no funciona como debería. En su libro “¿Somos todos enfermos mentales?” se declara en guerra contra el último “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales”, según el cual todos o casi todos, podríamos responder a una o varias de las nuevas enfermedades mentales catalogadas en el citado manual.


Allen Frances informa de que hay cinco enfermedades que en realidad no lo son, un quinteto que se pondrá de moda y sonará, si bien desentonado, bien alto para que lo escuchemos. Me resultan conocidas, muy familiares...de hecho casi les pongo cara, algún rostro muy cercano que alguna vez en la vida tuvo que enfrentarse a una de las hostilidades que la vida le sirvió en bandeja oxidada. Analizas y te das cuenta de que los síntomas de estas enfermedades son parte de la vida cotidiana y relees en el artículo que tienes sobre la mesa que todas ellas carecen de definiciones o tratamientos eficaces. Seguro que alguna os resulta conocida…puede que directa o indirectamente hayáis coqueteado con alguna de ellas, o tengáis relación con alguien que las padeció.

                          DUELO POR LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO...

                                                   RABIETAS DE LOS NIÑOS...

                            PROBLEMAS DE MEMORIA EN GENTE MAYOR...

                                         FALTA DE CONCENTRACIÓN (TDAH)

                                                  GLOTONERÍA, OBESIDAD...

Quizás la última sí, la glotonería nos resulta familiar…Dime que sí, que alguna vez padeciste eso que llaman “trastorno por atracón”. Basta con darse una comilona a la semana durante tres meses para padecerla. No hay más que recordar las mesas de nuestras casas, si somos afortunados y podemos llenarlas, en épocas Navideñas o celebraciones familiares de diversa índole, para verse reflejado en el espejo de la glotonería. Que levante la mano quien no haya tenido la sensación de engullir un exceso de comida en alguna que otra ocasión.

Me alegra saber que este prestigioso psiquiatra afirma que “La historia de la psiquiatría es una historia de modas en los diagnósticos. De repente todo el mundo parece tener el mismo problema”. Y esto es un poco lo que sucede con el famoso TDAH. Las aulas no escapan de tener que acoger a alguno de los niños que casi llevan impreso en sus camisetas el logotipo TDAH. Algunos de ellos lo reflejan en su mirada, un par de ojos abiertos, casi demasiado, miradas artificiales, dirigidas por la ingesta de una píldora matinal, que a cambio de unos efectos secundarios poco atractivos, promete la seguridad de que el niño o niña que abre la boca por las mañanas para llevársela consigo, podrá mantener su atención en clase y mejorará sus resultados académicos.

Según el Departamento de Salud y Servicios Sociales norteamericano, el efecto genético explica una pequeña parte del trastorno, lo que atribuiría a los factores NO GENÉTICOS un papel importante. Por lo tanto, me hace pensar si realmente no es peor... “el remedio que la enfermedad”, en el supuesto caso de que estuviésemos hablando en términos de enfermedad. Factores no genéticos. Eso quiere decir que la ciencia no ha podido dar una explicación exhaustiva convincente del origen del TDAH y aún hoy en día, el debate sigue abierto.



¿Recordáis si cuando eráis niños...en vuestras aulas había compañeros medicados por hiperactividad, déficit de atención o trastornos por ansiedad?

Habréis escuchado que vivimos en la era de la información, pero yo me pregunto si…un bombardeo externo de estímulos hace a los niños más listos…o por el contrario la sobreestimulación puede  llegar a crear problemas de aprendizaje. Siegel ya decía que los niños necesitan entornos “normales"..cantidades mínimas de estímulos, ya que el niño o niña tiene de por sí una capacidad innata de descubrir por sí mismo y a su ritmo el mundo que lo rodea.

“LO QUE LA INFORMACIÓN CONSUME ES BASTANTE OBVIO. CONSUME ATENCIÓN DEL QUE LA RECIBE. CONSECUENTEMENTE, UNA GRAN CANTIDAD DE INFORMACIÓN CREA UN EMPOBRECIMIENTO DE LA ATENCIÓN”. Herbert Simon.

Por otra parte, alguna vez escuché una frase que me impactó mucho que decía..." Si quieres que tus niños sean rápidos en el futuro, sé lento ahora, ralentiza". Puede que decir que debemos proteger a los niños del factor "prisa", provoque cara de asombro o más bien se dibuje en nuestra frente un signo de interrogación...¿Eso es posible?...Con todo lo que debemos hacer...como para no correr... Y yo pregunto si esperaríamos que una semilla se volviera árbol de forma inmediata... Si la naturaleza tiene sus ritmos y tiempos y los respetamos...¿Por qué no respetar los ritmos y tiempos de los seres humanos?

No seré yo quien aconseje a un padre o una madre ,cuyo hijo sea diagnosticado con TDAH, deba ser medicado o no. Invito única y exclusivamente a la reflexión,…mucha más información…mucha más estimulación…y sin embargo mucha más apatía y desánimo...#tdafrío y #mdafrío. Algo hay que no estamos haciendo demasiado bien.



#tdafrío escuchar a un padre o una madre decir que…”Hoy no le hemos dado la pastilla al niño…y ha sido maravilloso porque se ha mostrado como es él, estaba contento, ha comido con ganas…” También comprendo la satisfacción de una familia al ver que los resultados académicos de sus hijos mejoran con la toma de “la pastilla mágica” por las mañanas, que disminuye su apetito pero aumenta su concentración. Paradojas de la vida. 

No dejo de pensar en un niño que tengo en el aula…que responde a todos los síntomas del famoso trastorno dentro del aula, suponiendo que deba ser sometido a observación, y…fuera de ella es completamente un niño “normal”.  Un niño que disfruta del juego, de sus amigos, de una tarde de risas y conversaciones interminables… Me preocupa saber que casi podría adivinar e incluso aventurarme a hacer una lista “la lista tedea”, de futuros casos diagnosticados…condenados a depender de la toma de una solución redonda para poder vivir en un mundo quizás excesivamente cuadrado…o quizás triangular.

El niño no deja de ser niño...si bien el entorno ha cambiado...y puede que estemos obligando a nuestros niños y niñas a adaptarse al ritmo frenético de ese entorno que cada vez produce más estímulos, ese entorno que gira a toda velocidad y a veces incluso marea… estímulos que por otra parte no son necesarios para el perfecto desarrollo de nuestros niños. Puede que no tengamos que cansarnos tanto la cabeza, que no tengamos que hurgar tanto, diseñando estrategias para desempeñar el rol de  “animadores” cuando llegamos a casa y nos encontramos con los niños. Es muy posible que la fórmula mágica sea mucho más sencilla y la varita produzca el efecto deseado cuando se agite al viento y pronunciando un “ abracadabra" logremos...

...DAR CALOR Y...
...ESTAR PRESENTES para ESTABLECER VÍNCULOS AFECTIVOS CON NUESTROS HIJOS E HIJAS, SONREIR, ACARICIARLES...HACER UN BIZCOCHO Y DEJARLES JUGAR CON LA MASA QUE NOS SOBRA…¡QUE SE MANCHEN LAS MANOS Y HUNDAN SUS DEDOS EN ELLA! ¡CON LAS MANOS EN LA MASA!...

...PARA QUE SEAN ELLOS MISMOS QUIENES DECIDAN …QUIENES DESCUBRAN A SU PROPIO RITMO LO QUE SU INTERIOR DEMANDA. DESDE ADENTRO HACIA AFUERA…COMO LA LEVADURA, CUANDO SE MEZCLA CON LA HARINA, OBRA DESDE ADENTRO HACIA AFUERA...


lunes, 19 de enero de 2015

#OPORTUNIDAD de ser VALIENTE



Después de una gran discusión él le llamó “¡cabrona!”…le pareció no haber escuchado bien al principio…pero en décimas de segundo su cerebro volvió a reproducirlo y lo escuchó con más fuerza…¡CABRONA!...

La respuesta no se hizo esperar…una reacción inmediata en respuesta a la emoción que aquellas palabras le produjeron…alzó su mano y le dio a su hijo adolescente un bofetón…casi ya se había arrepentido antes de que su mano chocara con el rostro que dejaba entrever los primeros síntomas de la etapa “efervescente”. La adolescencia…esa etapa que además nos atrapa en la crisis de los 40 o 50, cuando algunos cambios biológicos golpean el picaporte de la puerta…etapa en la que la palabra CONVIVENCIA comienza a ser sinónimo de INFIERNO...o algo peor. Y en realidad no debería serlo.

Pero deja que te siga contando… porque mi amiga me llamó, presa de una histeria brutal, impotencia, desesperación y angustia,…ARREPENTIMIENTO Y CULPA tras su reacción desmedida…SU IMPULSIVIDAD, SU ADOLESCENTE INTERNO que se asomaba cada vez que la utopía de disfrutar de su hijo se rompía en mil pedazos…De alguna manera no lo podía evitar, la SERENIDAD no la acompañaba... “me saca de quicio”…”me hace enfadar”…”no sé qué le pasa”…”ya no es el mismo” …Se esconde bajo una malla de red con la que a veces quisiera ocultar su rostro marcado por erupciones cutáneas con las que tiene que sobrevivir delante de un espejo…malla de red tras la cual se oculta buscando su intimidad cuando se siente sermoneado…malla que a veces no permite que pueda ser MIRADO DE FRENTE…malla que lo único que oculta es un grito silencioso implorando ACEPTACIÓN. 


Te sigo contando. Decidí responder a mi amiga con una pregunta y esperar a que REFLEXIONARA porqueayudar a quien lo solicita, no consiste en dar la clave, sino dejar que la descubra.

…"¿Tú no has tenido jamás ganas de decirle algo semejante a tu madre o padre en algún momento? ¿Te acuerdas de cómo eras tú a su edad? o es que…¿Tú no fuiste adolescente?”
El problema es que se nos olvida, …se nos olvida… No es cuestión de ADMITIR que un hijo adolescente te insulte o te grite…no es eso lo que quise decirle a mi amiga. Puede que hubiera sido mucho más efectivo que le hubiera contado a su hijo que le ENTENDÍA, que ella había sido presa de un tsunami de emociones muchos años atrás, que le invitaba a gritar en la cara de su madre o padre lo primero que le venía a la boca, sin pensarlo….Eso hubiera bastado.

EMPATÍA…COMPRENSIÓN…ACOMPAÑAMIENTO…Ser compañeros, para que se desarrollen como seres autónomos y responsables en la CONSTRUCCIÓN de su propio ESTILO DE VIDA. Porque la realidad es que nuestros hijos deberán decidir por ellos mismos, y deberemos permitir que se equivoquen, que crezcan y que un día nos digan adiós. Y para que esto suceda, deben transitar, caminar por la OPORTUNIDAD DE SER VALIENTES, en su etapa adolescente.

Y tú... ¿Vas a aprovechar la #OPORTUNIDAD de ser VALIENTE? 
No darte por vencido es una OPORTUNIDAD para comenzar a VENCER.

Intenta viajar a tu adolescencia y dime si TÚ no buscabas emociones fuertes , piensa si no necesitabas transgredir…si no te gustaban las nuevas sensaciones, si no pensabas que tus experiencias eran únicas e irrepetibles, si jamás te rebelaste sobre ante el mundo adulto porque aullabas que precisabas de AUTONOMÍA...Y al mismo tiempo necesitabas ser parte del grupo, tu punto de referencia para COMPARTIR DIVERSIÓN y a veces hasta SENTIMIENTOS.

El caso es que los adolescentes no tienen por qué ser ni complicados…ni conflictivos.
Elimina de tu cabeza la idea de que es imposible convivir con ellos; piensa que siguen necesitando la opinión de sus padres y madres…aunque después tomen sus propias decisiones; graba en tu mente que reclaman tu AMOR y que ellos no dejan de quererte, y… que puede que alguna vez incluso un adolescente puede ayudarte a descubrir facetas de tu carácter o personalidad que quizá no habían emergido antes. ¿Cual es el premio? Que tienes la gran OPORTUNIDAD de contribuir a la FORMACIÓN de un ser humano CAPAZ. Compra POSITIVIDAD con grandes dosis de PACIENCIA y siempre que puedas un GRAN SENTIDO DEL HUMOR.

Me declaro madre de adolescente…percibo que mis valores y los de mi hijo están en constante pugna…sé que para él, el orden no es tan importante como escuchar su música, que los cajones estén abiertos o cerrados no es cuestión de vida o muerte si bien a mi me molesta... Pero soy consciente de que mi hijo necesita pasar esta etapa para desarrollar su personalidad adulta, busca reafirmar su identidad con la comprensión adulta, y está en su momento de ir en contra de las normas establecidas...

Si eres de las personas que sonríes ante las monerías de los niños pequeños, o alguna vez lo has hecho PODRÁS SONREÍR también ante las explosiones adolescentes…Juega al “tú ganas” y “yo también”…Intenta diferenciar el grano de la arena, para saber dónde debes ser firme y dónde transigente. Recuerda cuando lo mecías en tus brazos…sigue siendo tu hijo, es sólo que ahora habláis lenguajes diferentes. RESPETA sus SILENCIOSDÉJALE HABLAROBSERVA SU ROSTRO para saber cómo se encuentra y ACEPTA SUS SENTIMIENTOS...NO DEJES DE DECIRLE LO MUCHO QUE LE QUIERES.

Sé que... “no es fácil para ninguno de los dos buscar la música entre tanto ruido”.

Pero también SÉ que puedes mirar esta etapa como un OPORTUNIDAD…APROVÉCHALA...

…PARA CRECER.

…PARA PERMITIR QUE TU HIJO TAMBIÉN SE EQUIVOQUE, COMO TÚ.


…Y PARA RETOMAR TU PROPIA VIDA SI EN ALGÚN MOMENTO LA DEJASTE APARCADA.

lunes, 12 de enero de 2015

#MASFRÍO


Después de dos meses de soportar que un compañero le pegara todos los días antes de que la maestra hiciera su aparición por el pasillo, hizo un comentario en casa que me llamó la atención. Me dijo “¡Ama!, existen dos Lucas…Uno es el del colegio y otro es el del parque. El que juega conmigo en el parque es mi amigo, pero el que va al colegio…no sé qué le pasa que…” Seguimos hablando, hasta que en un clima de confianza y complicidad, él me confesó que Lucas le esperaba todos los días antes de que se iniciaran las clases. Que se abalanzaba sobre él y le pegaba, hasta que advertía los pasos de la maestra. Era entonces cuanto todo volvía a la normalidad.

Lloré mucho aquella noche, quizá también las siguientes, pero aquella en especial en la que no pude cerrar mis ojos, me sentí impotente. ¿Por qué había esperado tanto a contármelo? ¿Por qué lo había tolerado? ¿Por qué nadie había dicho nada? MIEDO, el mejor anestésico del mundo se llama MIEDO. 

Gracias a la intervención del centro se pudo solucionar el problema. Se establecieron una serie de acuerdos y no volvió a suceder. Pero algo me llevo al teléfono un día y marcar el número de la familia de Lucas. Hablé con su madre, destrozada y dolida por la situación, me pidió perdón…Yo ya lo había perdonado…No sentía rencor…Sentí que además de mi hijo, Lucas era otra víctima, algo sucedía en su interior…Su estado afectivo estaba trastocado y necesitaba ayuda. En aquel momento compartimos COMPASIÓN, conectamos con la pasión, con el dolor que ambas sentíamos. Aquello fue la clave para sostener la pena, condenar el hecho pero no a la persona. COMPASIÓN, para entender que detrás de la ira o el resentimiento, no hay otra cosa que el MIEDO y la TRISTEZA. 

Años atrás, volvía a mi aula a buscar unos cuadernos que había dejado olvidados encima de la mesa. Las aulas debían estar vacías, porque era la hora del recreo, hora en la que los alumnos debían estar jugando en el patio. Siempre digo que las casualidades no existen. Aquel día me toco escuchar y además ver…cómo tres alumnos tenían contra la pared a un cuarto y le obligaban a repetir la frase “Me llamo amorfo”. Sé que aquel niño que después de se hizo mayor, sufrió una tortura larga, hasta que se consiguió erradicar cualquier tipo de intimidación o violencia. En este caso, las familias de los supuestos agresores no supieron o pudieron sentir COMPASIÓN, ni decidieron COMPROMETERSE a hacer lo que no les resultaba demasiado cómodo, ni agradable de hacer, aunque siempre creí que aquellas familias sabían muy bien lo que significa ser correcto. Hace falta mucha HUMILDAD para entender  que no pasa nada por admitir errores, que nada sucede por pedir ayuda o perdón; justo sucede lo contrario. Siendo HUMILDES estamos en tesitura de poder ver que nuestra visión no es la única, que existen otras visiones…y que es necesario abrirse a para explorar diferentes alternativas de consenso la búsqueda de la VERDAD, esa que nos libera.

No hace muchos años, tras mi experiencia como madre, recibí la llamada de una amiga, solicitando mi ayuda como docente…Tenía la seria sospecha de que su hijo estaba padeciendo lo que todos tememos…el #BULLYING, un fenómeno que se caracteriza como una situación de violencia mantenida, mental o física, guiada por uno o varios individuos y dirigida contra otro que no es capaz de defenderse así mismo, y tiene como espectadores al resto de los componentes de la clase que asiste pasivamente al espectáculo de agresión que se puede desarrollar en el ámbito escolar y seguir fuera de él. Su relato me estremeció. En mi equipaje ya llevaba dos experiencias que habían dejado una cicatriz en mi, y ella la abrió otra vez.  Su hijo tuvo que cambiar de centro escolar porque hasta los padres de los que se comportaban “violentamente” expresaron su indiferencia ante los hechos con un “Que cada muerto aguante su vela”. INDIFERENCIA, INDIVIDUALIDAD, FALTA DE EMPATÍA, DESCONOCIMIENTO DE LA PALABRA COMPARTIR, que no es más que transmitir el mensaje de que TÚ y TU bienestar son una prioridad para mi, y por eso estoy dispuesto a hacer lo que no me agrada para acompañarte cuando tú lo necesitas. 


Todo se reduce a hacer una simple REFLEXIÓN, conectar con el COMPRENDER. No dejar pasar por alto lo que puede ser evidente, y si no lo es tanto tenemos la responsabilidad de descubrirlo, aunque nos duela. Todos tenemos algo que decir ante situaciones de semejante talante, a todos nos puede suceder y de la misma manera todos podemos colaborar.

Siempre es mejor prevenir que curar. Nadie espera ver fracasar a otros para organizar una intervención. Una prevención eficaz necesita ser concebida como un plan integral de mejora de la CONVIVENCIA en el que se implique toda la comunidad educativa. Desde la escuela  es nuestra obligación como docentes crear un clima en las aulas en las que podamos favorecer el aprendizaje cooperativo de las habilidades sociales. Debemos hablar del tema, sin dramatizar, sin asustar, sino desde transmitir CONFIANZA, para que tanto “víctimas”, como “espectadores”, dos de los vértices de este triángulo de las Bermudas cuyo tercer vértice serían los “agresores”, ROMPAN EL SILENCIO y busquen el diálogo de un adulto que pueda hacer una intervención inteligente con una gran dosis de educación emocional. Es por esto que, la COMUNICACIÓN EFICAZ Y CONTINUA con nuestros menores es imprescindible, junto a la observación de las conductas de nuestros niños y niñas. El CONOCIMIENTO de nuestro alumnado se convierte en herramienta imprescindible para trabajar desde un punto de vista emocional.

Desde casa, mucha observación y diálogo…los mejores termómetros para detectar la temperatura de las conductas de nuestros hijos e hijas. Repito que la mejor intervención es la PREVENCIÓN y no hay mejor prevención que un estilo educativo recreado que integre las NORMAS con el DIÁLOGO y la AUTONOMÍA. Añadimos a todos esto el AMOR INCONDICIONAL, LA ACEPTACIÓN DE LOS PROBLEMAS, LA CONSTANCIA EN LA CONTENCIÓN DE CONDUCTAS, TOLERANCIA Y EXIGENCIA AL MISMO TIEMPO, PACIENCIA, SENTIDO DEL HUMOR, EDUCACIÓN POR Y PARA EL RESPETO Y...

UN MODELO DE CONDUCTA REFLEXIVA QUE NUESTROS MENORES PUEDAN IMITAR. RECORDAR SIEMPRE QUE ES EL EJEMPLO LO QUE ARRASTRA.

¿QUERÉIS UN POCO DE CALOR? PUES CREO QUE...




lunes, 5 de enero de 2015

QUERIDOS REYES #VAGOS

Recorro la casa, observo las estanterías de las habitaciones de los niños, en un intento de hacer un inventario mental de todas las cosas que en su día fueron adquiridas…bien por Navidad…bien por celebrar que mis hijos cumplían un año más. Me encuentro con estancias llenas de cosas, gustosamente me pondría a seleccionar las que ya no se usan, o quizás casi nunca se usaron…porque llenaron en su momento el apetito juguetón de los niños, pero no lo saciaron. Se aburrieron del juguete con demasiada rapidez…”no fue bien seleccionado” pienso y sin embargo, siempre fui fiel a lo que ellos demandaron. De alguna manera, la apertura del envoltorio que los contenía no provocó en ellos el suficiente asombro, eso que llamamos emoción desmedida de gran trascendencia personal, ese sentimiento de admiración por lo que contiene una caja, esa elevación del alma frente a algo que a uno le supera.

Una energía eólica que surge en mi interior, me transporta hasta mi niñez, de la que tengo recuerdos preciosos. ¡Cómo no recordar las horas que pasé con aquel radio casette que me regalaron por Navidad! En él reproducía una y otra vez, el único cassette que tuve durante casi un año y jamás me aburrí. Con aquel aparato y una cinta de grabación, me inventaba historias que después escuchaba, o convencía a mis hermanos para hacerles una entrevista y grabarla para escucharla después. Imaginación, creatividad, ingenio, entretenimiento constante, risas, juegos interminables en mi habitación…¡Y mi primera máquina de escribir, el día que hice la comunión! Cuantas páginas habrán rodado por aquel rodillo, cuántas veces deslicé mis dedos por sus teclas, cuántas veces jugué a imaginar que era la secretaria de una oficina…Ahora entiendo, porqué aquellos regalos me hacían disfrutar tanto, porque conseguían que yo realizara diferentes tareas con el corazón, y al hacerlas mías propiamente dicho, lograban que mis pilas interiores se pusieran en marcha, nacían desde mi interior. No era el juego en sí quien se ponía en marcha al accionar un botón, era YO quien encontraba la motivación para ponerme en acción.

Y como nuestros estantes no estaban tan llenos de cosas, a veces jugábamos al “Tapamantas”…¿Sabéis cómo se jugaba? Nos reuníamos un grupo de amigas, una de ellas salía de la habitación y el resto debía esconderse, algunas se escondían debajo de la manta, contorneando los cuerpos en formas diversas para que la persona que había quedado fuera de la habitación, no descubriera fácilmente quien o quienes estaban debajo de aquellas mantas sólo con el tacto…O jugábamos a Tarzán y Jane, imaginando que la habitación era la jungla e inventando diálogos que interpretábamos con entusiasmo. O…a veces con un simple bote o lata nos entreteníamos jugando al "bote bote”…Tardes enteras, sin apalancarnos siquiera un rato, interrumpidas por la llamada de la amatxo desde el balcón, anunciando que empezaba la serie de “Con ocho basta” en uno de los dos canales de la televisión.

Tan pocas cosas pero tan bien saciados, tan satisfechos, tan…NIÑOS. Sin embargo, como decía el principito “Todas las personas grandes han sido niños antes. Pero pocas lo recuerdan”.

Avanzo unos cuantos años, hacia adelante, y todavía puedo visualizar cómo sacaban mis hijos las cazuelas de los armarios de la cocina y jugaban con ellos…cuantos baños en la bañera, donde los muñecos de Play Mobil, o la tribu de indios y vaqueros flotaban en el agua…mientras que mis hijos hablaban solos, imaginando conversaciones entre aquellos hombrecitos de diversas formas, que bajo la mirada adulta no dejan de ser objetos de plástico inertes…pero las mágicas manos de los niños pueden hacerlos vivir. Y yo…no quería interrumpir aquel maravilloso momento de juego tan concentrado, inventado por ellos…detrás de la puerta observaba con placer su momento de diversión. Aprendieron manipulando y experimentando cuáles de sus muñecos perdían el color si se mojaban, cuáles eran tan pequeños que al quitar el tapón del desagüe podían desaparecer para siempre,…INVENCIÓN Y DESCUBRIMIENTO. Aprendieron quizá también que echando una cartera al inodoro…en fin…puede que aprendieran a que el adulto se enfadaba mucho con aquello. Ahora sonrío cuando entonces no lo hice. Esos otros momentos en los que disfrutando de la naturaleza se dedicaban a cazar renacuajos de los ríos e introducirlos en un bote lleno de agua, para observar su comportamiento y soltarlos después. Todavía ahora lo hacemos de vez en cuando y ver cómo gozan con ello, sacia el alma de quien pueda observarlos.

No obstante, esas estanterías llenas de juguetes luminosos, con sonidos estridentes, estanterías que contienen quizás demasiados juegos electrónicos…encienden un poquito mi semáforo emocional. ¿Mis Reyes magos son #vagos? ¿Conocen, manipulan y atraen más a mis hijos las fábricas de juguetes que yo? ¿Cuál es mi postura ante este inminente hecho? ¿Qué hago para remediarlo? ¿Es que me voy a dejar llevar por la corriente del consumismo cuando el despertador interno me dice...
“hey, tú…¿qué haces que no haces nada para evitarlo?

Ya lo decía Cervantes…” La abundancia de las cosas, aunque sean buenas, hace que no se estimen”. Y nada más triste que ver a un niño rasgar cualquier papel de regalo para liberar un juguete, sin el brillo emocionado en su mirada, sin agradecimiento, porque el consumismo lo ha SATURADO.

La capacidad que tienen los niños para pensar en cosas imposibles es maravillosa. Quizá no hace falta que los llenemos de tantos estímulos externos que bloqueen sus deseos y los conduzcan a la apatía. El niño o niña que tenemos en casa, necesita un entorno normal según Siegel, una cantidad mínima de estímulo, porque ya lleva un motor interno que le ayuda automáticamente a descubrir cosas por sí mismo: la capacidad de asombro.

El truco, o llamarle reto si queréis residirá en interiorizar que los niños llevan impreso en su ADN la capacidad de ser curiosos, descubridores, inventores, son capaces de formular hipótesis, observar, dudar, inventar e imaginar lo inimaginable, vivir en una constante aventura.


Pedir, por favor a los Reyes,  regalos que permitan que los niños jueguen a ser niños, y no los estimulen excesivamente porque es una responsabilidad que no podemos eludir.


Al fin y al cabo, los ayudantes de los Reyes #Vagos...