lunes, 9 de marzo de 2015

#amansaFRÍOS


Dicen que la música amansa a las fieras…del mismo modo que a veces hay quien piensa que un castigo o correctivo hará que una conducta inadecuada se corrija. No me gusta la palabra CASTIGO, ni la connotación que tiene…creo que es mucho más adecuado utilizar el término CONSECUENCIA y aplicarlo en el caso que se deba hacerlo…o puede que sea mejor aún el término REFUERZO, pero del POSITIVO. Al final, una “medida disciplinaria” no es ninguna venganza, sino una forma de que el niño en cuestión piense…reflexione, se haga consciente y evite en el futuro comportamientos que o bien le perjudican a él mismo…o perjudican a los demás.

El abanico de conductas inadecuadas es amplio, la lista podría ser muy larga. Además sería conveniente diferenciar entre una conducta meramente inadecuada y otra que pueda afectar la armonía en la convivencia. Podríamos mencionar algunos de esos problemas así como...

...no respetar las normas en casa o en la escuela.
...mantener un comportamiento oposicionista y desafiante.
...agresión verbal y física entre iguales.
…aislamiento.
...violencia en casa o en la escuela.
...conducta destructiva de material escolar o urbano.
…robos.
Y un largo etcétera que seguro se os podrían ocurrir.

Curiosamente vivimos rodeados de manuales...para poner en marcha todo tipo de elementos tecnológicos que tenemos por casa. Lamentablemente no existe el manual de la aplicación de consecuencias ante una conducta inadecuada. Lo que sí debería elaborarse es un documento que recoja pautas para velar por la buena convivencia en los centros. En el territorio dónde yo trabajo, también existe un decreto de aplicación sobre los derechos y responsabilidades de los alumnos. Creo que los alumnos deberían de conocer lo que en este decreto se recoge, no sólo en lo relativo a sus derechos (que seguro saben cuáles son) , sino en las obligaciones que tienen como seres humanos. Es interesante que todos los padres y madres también lo sepamos, porque si tenemos hijos en edades escolares deberíamos conocer qué es considerado como derecho y qué como responsabilidad y hasta dónde la escuela puede aplicar ciertos "correctivos" o no.

En lo que respecta a las casas, a veces tengo la sensación de que nos pasamos la vida repitiendo las cosas, AMENAZANDO…SÍ, habéis leído bien…AMENAZANDO. Por muy fuerte que nos pueda sonar, decirle a un niño que se va a quedar sin televisión dos días si no se limpia los dientes, también es AMENAZAR. Ahora bien, lo que se dice se cumple. Si bien en las escuelas tenemos serias dificultades para aplicar las medidas correctas ante una “conducta desubicada”, en las casas nos sucede lo mismo. Y las dificultades llegan porque a veces dudamos si la medida que queremos aplicar está en sintonía con la conducta inadecuada. Hay quienes me confiesan en entrevistas personales que ya no saben qué hacer con sus hijos porque “no le importa nada”…”todo le da igual”. Siento no estar de acuerdo con semejantes afirmaciones. A todos nos disgusta que nos castiguen, si bien podemos utilizar un escudo protector que no deje que se note todo lo que nos importa. ¿Quien se cree de verdad que a un niño no le importa suspender siempre? o ¿Estar constantemente en el pasillo? ¿O estar sometido al ceño fruncido del adulto un día sí y otro también? Yo no me creo que les resulte indiferente. Más bien creo que tal cómo sucede con ciertas enfermedades…hay niños que se vuelven inmunes al CASTIGO…se acostumbran a él…y aprenden a contener la rabia que llevan dentro…Y ya sabéis lo que sucede con la contención, que algún día termina explotando y saliendo a la luz, arremetiendo contra todo lo que se le ponga delante. Por eso…el término CONSECUENCIAS o MEDIDAS, me parece más apropiado. No tomarlas nunca puede ser muy contraproducente…pero abusar de ellas también. Los CASTIGOS podrían servir para evitar conductas inapropiadas en el futuro, pero se debe tener en claro que no permiten promover las positivas. Siempre es más fácil utilizar la motivación positiva que penalizar actitudes negativas. Y por el otro lado, los niños me suelen confesar que "después a mi madre se le olvida el castigo, siempre es igual...dice mucho pero hace poco". Así que hay casos en los que se repite hasta la saciedad la AMENAZA, logrando que nuestro peor rostro salga a la luz y desequilibrando la armonía familiar...para terminar no cumpliendo lo que se ha prometido; o peor aún, castigar sin avisar cuando la olla revienta después de haber soportado una situación límite. Generalmente no suele valer hacerlo de esta manera. Lo único que se consigue es que quien recibe la onda de la explosión, no repita su conducta "por miedo a", pero no "porque haya entendido que su conducta fuera inadecuada"...porque no lo ha interiorizado. Generalmente para quedar impunes y volver a ser inocentes, debemos RECONOCER lo que hemos hecho mal, DESEAR cambiarlo y hacer una especie de PENITENCIA, es decir, volver al camino correcto. Sólo entonces, al haber entendido que no podemos volver a desviarnos del recorrido, podremos decir que nos hemos "curado del todo".

Respecto a la escuela y quizás a la vida en general...hay niños que jamás dejan de ser “CULPABLES” porque siempre deben cargar con una mochila pesada, llena de piedras. Puede que gran cantidad de veces sean el perejil de todas las salsas o automáticamente terminemos pensando que ante cualquier conflicto debemos sospechar que “seguro que ha sido él o ella, porque siempre está metido en el ajo”. Ajo y perejil…o perejil y ajo…la cuestión es que algunos niños llevan la etiqueta de “HAS SIDO TÚ” casi toda una vida pegada en la frente. Hay veces que terminan creyéndoselo ellos mismos, ya que no les dejamos otra opción. Puede que os parezca equivocado, pero recuerdo casos en los que a ciertos niños se les ha puesto un sobrenombre que casi ha funcionado como apellido durante toda su vida “JAVIER EL MALO” le llamaban a uno de los que yo recuerdo. Imaginaos el personaje que debía cumplir aquel niño. Terminó inventándose maneras de cumplir con el status que le había sido impuesto…sin embargo interpretaba un personaje, jamás fue malo…todo lo contrario. Fue un niño muy amoroso, que terminó rechazando cualquier muestra de afecto porque le restaba juego a su rol de “perdonavidas”. 

Perdonad que no lo haya hecho antes, porque creo que ante todo, debería definir lo que yo entiendo por problema de conducta. En mi opinión se da cuando el comportamiento y las actuaciones de una persona tienen repercusiones negativas sobre ella misma (afectivas) y sobre todo en el medio en el que se desenvuelve su vida (familia, escuela, trabajo,...) por romper las normas establecidas de convivencia y perturbar las mismas. Habría que evaluar la intensidad, duración, frecuencia, edad a la que se presenta y el medio socio-cultural para considerarlo como tal. No es lo mismo dejar de limpiarse los dientes cuando es una norma establecida en casa o azotar a un compañero de clase. Normalmente un problema de conducta surge cuando una persona piensa de manera distorsionada, siente una emoción desintegradora tal como el miedo y actúa de forma destructiva, en forma agresiva habitualmente.

PERCEPCIÓN del estímulo…EMOCIÓN…DESEO…ACCIÓN…que generalmente lleva a la frustración personal.

Si los problemas de conducta son puntuales, seguramente la mejor solución la encontraremos en el diálogo y en la puesta en común de la mala gestión emocional. Si por el contrario los problemas son repetidos, nada mejor que aprovechar cualquier instante de buena conducta para felicitar al niño, más que recriminar constantemente las malas conductas. siempre es más eficaz aplicar la motivación positiva que la penalización...aunque sea imprescindible educar a los niños en responsabilidad.

Si se ha de aplicar una medida tener en cuenta que...

...es bueno indagar sobre las causas de la acción negativa que intentamos corregir y tener presente que censuramos la acción negativa, JAMÁS a la persona. Valorar la intención tampoco está de más. ¿Ha habido una intencionalidad o ha sido la consecuencia de la impulsividad?

...no podemos ni debemos humillar a nadie. Elogiamos en público y censuramos en privado.

...la consecuencia debe ser proporcional a la falta cometida y también tiene que estar relacionada. Jamás entenderé que se castigue a un niño sin jugar al fútbol por sacar malas notas. Y dejar a alguien sin salir de casa todo un mes tampoco resolvería "a priori" lo que debe ser solucionado. Hace falta bastante creatividad para diseñar estrategias de restitución.

...no está toda la familia castigada, sólo quien ha cometido la falta.

Y QUIZÁS LO MÁS IMPORTANTE...

...LO EFECTIVO, NO VA REÑIDO CON LO AFECTIVO...POR LO QUE, HASTA LAS CONSECUENCIAS O MEDIDAS SE DEBEN ESTABLECER CON CARIÑO, AFECTO Y AMOR.

Susurremos también la siguiente frase... mientras estamos aplicando una medida disciplinaria.


Yo te amo incondicionalmente (no si sacas un sobresaliente o llegas a ser médico). La vida está llena de obstáculos pero pase lo que pase tú pasarás por encima de todo. Siegel

2 comentarios:

  1. Excelente y me encanta el aporte DE LO MÁS IMPORTANTE. ¿Sabes como le llamo al castigo? Una consecuencia. Y a veces ha sido por ejemplo en la educación de m hijo, el que el mismo se ha aplicado su consecuencia a un comportamiento incorrecto. En mi caso no le doy clase a pequeños infantes, como es tu caso, En el momento veo algo que no me gusta no se lo digo al instante aunque a veces es inevitable descubrir que no me ha gustado en absoluto por la cara que he puesto. Al rato le pregunto ¿que es lo que mas te gustaría hacer? y cuando me responde le digo pues va a resultar de momento imposible que lo hagas y tienes que descubrir el porque repasando tu comportamiento y palabras que has dicho. ;-)

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    1. En primer lugar Jorge, muchas gracias por tu compañía siempre. Cada uno sabemos las estrategias que mejor funcionan con nuestros hijos y cómo debemos aplicarlas. El caso es que lo hagamos siempre desde el amor, juzgando el hecho y nunca a la persona. Lo mismo sucede en la escuela, donde debemos no sólo aplicar consecuencias para resolver conductas inadecuadas, también debemos reeducarlas. Y tener en cuenta que debemos tratar a nuestros alumnos como nos gustaría que trataran a nuestros hijos creo que ayuda mucho. La cuestión es ir en coherencia con lo que pensamos que debemos transmitir y cumplir lo que decimos, aplicando unas consecuencias proporcionadas a la falta cometida. Nadie dijo que educar fuera fácil, pero es una aventura apasionante. Gracias Jorge por todo. Un abrazo!

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