lunes, 16 de marzo de 2015

Haz con palabras



Jamás olvidaré la vez en que un padre me contó asombrado la respuesta que había recibido de su hija de 18 años. Me contó que al preguntarle “¿qué tal estás?” ella le había respondido “¿Para que me lo preguntas ahora…si jamás me lo habías preguntado antes?”. Aquel padre no entendía el por qué de aquella respuesta…le pareció ser injustamente tratado. Actualmente muchos de los padres y madres con los que me reúno, me cuentan que sus hijos no cuentan absolutamente nada en sus casas. Otros, sin embargo, aseguran tener que dar turnos de palabra y se quejan de que sus hijos no callan. Puede que el término medio sea justo lo que necesitamos. Pero…se me ocurre preguntaros si disponéis de espacios comunes donde establecer conversaciones fructíferas, si todos los miembros de la casa participan o si por el contrario os cuesta entablar conversaciones donde todos los habitantes del hogar participen por igual.

La cuestión es que observo que los niños en general, tienen muchas ganas de hablar…A veces, sobre todo los lunes tengo que preguntarles si han estado amordazados el fin de semana…si es que no han podido hablar. Ese día de la semana es especialmente dado a que los niños tengan ganas de “mover la de sin hueso” como yo les digo. Será porque quieren compartir sus aventuras de fin de semana, o será porque no les apetece dar clase y entrar en materia. La cuestión es que como les des un dedo, te sujetan la mano entera y si te dejas llevar puedes estar toda la hora interactuando con ellos. Es increíble la de información que podemos obtener de la interacción con los demás. Hoy mismo en una clase de ciencias sociales, comenzábamos a hablar de las diferentes fuentes de energía y terminábamos hablando del familiar de uno de los niños que tiene capacidad de transmitir energía mediante la colocación de sus manos en otros cuerpos. Los niños unen el aprendizaje con su mundo, con su realidad…en el momento que no busquen la conexión…terminarán desenchufando el cable. El aprendizaje de los niños depende de todas la interacciones que tienen, en las aulas o fuera de ellas.

Pero volvamos al tema de la comunicación y el lenguaje, las palabras que lanzamos, las preguntas que formulamos…Este es el tema que me interesa debatir hoy. Hace una semana coincidí en la puerta del colegio con un padre que le decía a su hija “…y pásatelo bien”. Me detuve y saludé a este hombre…no me pude resistir…tuve que felicitarle por el mensaje que le acababa de dar a su hija. La mayoría de mensajes matinales que se escuchan son del tipo “pórtate bien”… a nadie se le ocurre decir a sus hijos que se diviertan en el colegio. Y a la vuelta…el interrogatorio suele ser casi inevitable…el interrogatorio y las directrices. ¿Tienes tarea? ¿Te has portado bien? Termina tus deberes antes de que nos pongamos a cenar. Recuerda que debes leerte el libro que te mandaron leer, ya sabes que tienes que mejorar tu velocidad lectora. BLA BLA BLA

Por lo tanto, creo que acostumbrados a este tipo de intercambios…muchas veces desganados recurren a responder cualquier cosa, sin ninguna intención de seguir soportando ser interrogados. Ellos tienen la mala costumbre de responder con un simple “sin más”. No es la primera vez que les pregunto el porque de la respuesta “SIN MÁS” ante la pregunta “¿Qué tal?” Hay algunos que me responden que les da pereza seguir hablando y es una de las maneras de cortar el diálogo. Puede que también debamos tener en cuenta que no están acostumbrados a que se les permita explayarse con total naturalidad. Preguntar en el colegio a las nueve de la mañana “¿qué tal? podría responderse de muchas maneras, pero sobre todo cuando son un poco mayores seguro que tienen unas ansias atroces de respondernos que estaban mucho más a gusto en casa.



Pero siempre nos quedará la alternativa de HACER CON PALABRAS…de crear conversaciones sanas y eficaces.

Decía Wihelm Rottaus que “Las buenas conversaciones se centran más en los recursos y soluciones, no en los problemas…”.

¿Qué tipo de preguntas hacemos a nuestros hijos? ¿Escuchamos lo que nos dicen? ¿Tenemos tiempo de escucha? Una escucha activa implica conectar TU MUNDO y EL MÍO y para conectarlos deberíamos prestar atención, mostrarnos interesados, no interrumpir, no aconsejar constantemente, estar abiertos a lo que el otro ponga sobre la mesa, atender a lo que nos ocurre cuando escuchamos.

Atender es sobre todo mostrar que tenemos interés por los demás. Cuando atendemos a los demás LOS VEMOS. Cuando prestamos atención establecemos contacto visual de forma clara. A veces parece que escuchamos para responder. Cuantas veces sucede que tenemos ya la respuesta preparada…antes casi de que el otro termine su discurso. Creo que es un buen ejercicio reflexionar sobre el tiempo que dedicamos a la escucha de nuestros hijos. Vivimos bajo la presión del tiempo y parece que no siempre disponemos del momento adecuado para sentarnos a conversar. Después de una jornada larga de trabajo, nos esperan los quehaceres domésticos y…cuando llega el niño que quiere contarnos alguna cosa…_¿somos capaces de dejarlo todo y escucharlo? Puede que tengamos una sola oportunidad de hacerlo…y si la dejamos escapar, quizás no tengamos más opciones. Todos hemos podido experimentar la sensación de que “no nos hagan caso”. Si sabemos lo que es y no nos gusta su sabor, puede que comprendamos muy bien que a los niños tampoco les gusta. Precisamente para poder atender hay que disponer de tiempos de ocio y lo más importante reside en compartir ese tiempo, un instante que sea de calidad, estimulante y sobre todo afectivo. Atender en definitiva es un acto de inmensa generosidad y de amor. Regalar nuestro tiempo a nuestros hijos, sin olvidar que debemos regalarnos tiempo propio, es el mejor presente que les podemos hacer. No es necesario romperse la cabeza buscando ese momento de atención, pero tampoco se pueden hacer bien dos cosas a la vez…ATENDER es dejarlo todo para que el otro sienta que lo VES.

Hay momentos de escucha que terminan únicamente tras prestar atención, sin tener que intervenir…puede que no sea necesario decir nada…
…y en otras ocasiones puede que se busque dialogar…ESE es EL MOMENTO que debemos aprovechar para HACER CON PALABRAS. Esos ACTOS COMUNICATIVOS, nos ayudarán a crear el VÍNCULO con nuestros hijos. 

Tengamos en cuenta que

además del lenguaje verbal, existe el lenguaje de los gestos, miradas y lenguaje corporal, así como el tono que utilizamos en nuestras expresiones.
podemos buscar consenso o el objetivo será solamente buscar información, respetando plenamente el derecho y la libertad de expresión del otro.
…nos comprometemos a ser sinceros en todo momento. 
…la coacción debe ser eliminada.
…las amenazas, reproches, acusaciones o exigencias están de sobra.
las declaraciones dogmáticas y radicales no ayudan a que la comunicación fluya. Esa frase de “si sigues por ese camino…” puede dar carpetazo a un acto comunicativo.
no es momento de ejercer de adivino “ lo que te pasa es que…"
debemos escucharlo todo, hasta lo que no nos gusta…y no sólo lo que queremos escuchar.
no siempre se buscan consejos en un diálogo, a pesar de que no podamos evitarlo o nos cueste cerrar la boca. 

Entenderse bien con alguien no es fruto de la casualidad…nada que ver con casualidades o suertes.
Todo acto comunicativo inteligente se da cuando se pregunta de manera inteligente. Si queremos hablar del día que han tenido en el colegio…cambiemos la pregunta de “¿cómo ha ido el día en el colé?” por alguna otra cuestión más creativa. Os dejo algún ejemplo que puede dar pie a que podamos establecer un precioso diálogo con nuestros hijos, que de los frutos que buscamos…y que las respuestas no nos sepan a poco. 
Podríamos preguntar...

¿Qué es lo que te ha hecho reír hoy?
Si una nave de alienígenas llegara a tu clase…y se llevara a alguien ¿a quién querrías que fuera?
¿Cuál es la palabra que ha repetido hoy más el profe?
¿Quién es la persona más divertida de clase? ¿Por qué es tan divertida?
Si mañana te tocara dar clase a ti y fueras el maestro…¿Qué harías?
...

¿Probamos?
¿Se os ocurre alguna otra pregunta creativa?


Os invito a que las compartamos, seguro que entre todos logramos elaborar una lista de preguntas que podemos hacer a nuestros hijos para poder realmente HACER CON PALABRAS y CREAR MOMENTOS DE DIÁLOGO con ellos DE CALIDAD.



2 comentarios:

  1. Gran mundo el de la comunicación +Anaje Ferreiro. Es curioso que hoy hayamos coincidido en el mismo tema en nuestros respectivos blogs :))
    A mi me apasiona la comunicación y me inquieta que no se le de la suficiente importancia.
    Feliz lunes

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    1. Sí que es un gran mundo Esther, a mi también me apasiona...De hecho no podría ejercer mi trabajo sin preocuparme por transmitir y comunicar de una manera eficaz. Siempre nos quedará por mejorar, pero me parece un tema fundamental. Que tengas una feliz noche, ¡abrazo!

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