Muchos de los que somos padres y madres o educadores, hemos pensado y dicho que “nuestros hijos e hijas son nuestra máxima prioridad”…pero quizás deberíamos tener en cuenta que dar prioridad a los niños y niñas no significa darles todo lo que quieren, cuando lo demanden y de la manera que lo deseen. Dejar que ellos reinen va muy en contra del ejercicio de la democracia. Si queremos construir una convivencia democrática, dónde podamos ejercer la propia libertad y respetar la libertad de quien tenemos a nuestro lado, deberíamos defender nuestros derechos cumpliendo con nuestras obligaciones con respecto al bienestar de los demás. Ese es uno de los mejores legados en mi opinión, que podemos dejar a nuestros pequeños…porque amar a nuestros hijos e hijas no está reñido con establecer unas normas y límites que impidan que alguien que viva bajo el techo familiar se convierta en "rey absolutista". Y a veces incluso será necesario saltarse un poco la democracia familiar y tomar decisiones que no van a ser del gusto de todos, hay que tomarlas en la vida, y los menores no siempre están preparados para decidir.
Bajo el dicho “por la paz un ave María” se esconde muchas veces una actitud calmista…sinónimo de pereza o ausencia de ejercicio educador…que quizás se traduzca en miedo. El miedo, una y otra vez, el miedo a crear conflicto cuando “hacemos lo que debemos hacer”…A veces no hay paz si no ha habido un poco de guerra…y la calma no significa que todo este en paz. Esquivar los problemas y discusiones…omitir responsabilidades como padres, madres o educadores no hará que suframos menos. Curiosamente, evitar conflictos y aristas con nuestros hijos e hijas…puede llevarnos a entrar en un mundo de tinieblas. No hace falta que utilicemos constantemente la espada del verdugo pero quizás tampoco deberíamos portar una “armablanda” en vez de la armadura. Algunos de los pretextos para no pulsar el STOP y delimitar conductas, suelen ser la falta de tiempo, la comodidad, el pensamiento de que alguien externo ejercerá el rol de facilitador, la creencia de que estamos “condicionando” o incluso que estamos siendo “bonachones” o “demasiado generosos”.
La paz llega cuando...
...tenemos claro que hay cosas que no se pueden hacer porque dañan a los demás o a uno mismo...
…sabemos que ni se puede tener todo, ni se puede conseguir, ni se puede dar…y aunque pudiéramos comprarlo...
…no deberíamos proporcionarlo. Porque entrenar a nuestros hijos en el ESFUERZO es lo que los hace precisamente fuertes y les ayuda a afrontar mejor las dificultades y las adversidades de la vida.
Puede que hayamos pasado de una educación basada en el “porque yo lo digo” a un “no digo nada... no vaya a ser que alguien se traumatice”. Conducir un barco sin fijar el timón, lo llevará indudablemente a la deriva. Pasando del bochorno en el supermercado cuando el niño se tira al suelo porque quiere comprar caramelos…a la negociación de la hora de entrada en casa de un adolescente novel…mantenerse firme en el “sí” o el “no” viene a ser lo que en definitiva nuestros menores agradecerán en el futuro. Es el juego del tira y afloja, un #juegodeFRÍOS si no se lleva a cabo de manera contundente y determinante, porque amarlos no va reñido con una disciplina positiva.
Hace poco, una madre me relataba que había tenido que dejar de salir con un grupo de amigos y amigas. Debido a la crisis que fuertemente había azotado su hogar, no podía seguir manteniendo el ritmo de vida anterior, y tenía dificultades para explicar ante sus hijos que ya no podían irse el fin de semana de mini-vacaciones con sus amigos como venía siendo costumbre en sus vidas. Tener que sentarse y dialogar…le costaba mucho más trabajo que renunciar a sus amistades. Era consciente de que huía y no afrontaba su situación y yo…si os digo la verdad, la comprendía. Es difícil hacer entender a un niño o niña acostumbrado a un “estado de bienestar” que debe diferenciar entre lo que necesita y lo que desea. Se puede necesitar una camiseta y desear una marca específica…La necesidad puede ser satisfecha, dejando de lado el deseo…Ya que al satisfacerlo no vamos a ganarnos su felicidad ni vamos a excluirlos de ningún grupo. Las tarjetas de crédito no son “mágicas” ni se recargan solas. Pero…a veces tengo la sensación de que ellos y ellas, es decir, nuestros descendientes…así lo creen. Si el que siempre “mama cuando llora” consigue su dosis…no dejará de llorar. Pero el llanto se hará cada vez más fuerte, más agresivo, más violento o incluso más insano.
También recuerdo el relato de una madre hace muchos años, casi al inicio de mi ejercicio docente…que me explicaba que su único deseo era que su hijo fuera feliz. Seguro que es algo que deseamos todos los que ejercemos la maternidad y paternidad…incluso los docentes sin hijos desean la felicidad de sus alumnos. El problema es el precio que debemos pagar por obtenerla…y conseguir una felicidad efímera y pasajera no creo que entre dentro de nuestros planes. Aquella madre, entendiendo que era su deber, organizaba cada año un viaje a un lugar paradisíaco. Curiosamente lo que no entendía era que su hijo le dijera que aquel año prefería irse de vacaciones al pueblo con su padre. Puede que lo que ella no terminaba de asimilar fuera que su hijo había comprendido en su fondo interno, que los bienes materiales no sustituían los apoyos emocionales y en aquel terreno…el padre con menos recursos económicos aparentemente lo hacía mejor. Eran afortunados si aquel niño valoraba y buscaba esos “afectos” que no pueden ser comprados con dinero…ya que precisamente la mayoría no lo consiguen y se convierten en tiranos opresores…cada vez más exigentes, al ver que sus progenitores alcanzan a pagar sus caprichos, por muy caros que estos resulten.
No siempre podremos conducir por autopistas o autovías, existen también los terrenos pedregosos, las curvas y los baches que bien atravesados nos llevan al destino al que debemos llegar. Ya llegará el momento en que nuestros hijos e hijas REHAGAN, AMPLIEN o SALTEN las pautas que hemos ido diseñando…Las pautas avisan, informan, indican…nosotros elegimos si hacemos caso de lo que nos quieren decir e irremediablemente…ellos también elegirán...pero un punto de partida delimitado es imprescindible en la aventura de la vida ya que no conozco a nadie que nazca con conciencia de límites.
Si estamos viendo la televisión y no nos gusta lo que vemos, podremos cambiar de canal para escoger otro programa que nos guste más. Esto no sirve en la vida. Por muy cansados que nos encontremos, por mucho desgaste que suponga poner las cosas en el sitio que corresponda, es nuestro deber hacerlo. No olvidéis que ellos pueden ser mucho más PERSEVERANTES en su lucha por obtener lo que desean y que viven los conflictos como una “lucha de poder”… un juego de TRONOS, un juego de quien puede más, un juego de yo gano y tú pierdes. La GRAN ESPADA DE DAMOCLES, en la educación de nuestros hijos e hijas.
Nosotros…LO SABEMOS, CONOCEMOS SU ESTRATEGIA, y por eso...podremos incluso sacar partido de los conflictos para crecer y ayudarles en su propio crecimiento.
Me encanta tu claridad. Toda virtud radica en la acción, así que GO!
ResponderEliminarMuchas gracias Manuel! Es importante que intentemos ser claros. A veces los educadores no somos conscientes de lo importante que es para las familias que seamos lo más claro posibles para que todos entendamos bien de qué hablamos. Me gusta tu frase...TODA VIRTUD RADICA EN LA ACCIÓN. Gracias por tu aportación y feliz semana!! GO!
EliminarOtro buen post, Anaje. Aunque estemos cansados, todo lo que no hagamos hoy, tiempo que perdemos y no se podrá recuperar mañana. Crecen rapidísimo...
ResponderEliminarImpactante la foto, Amiga. wow
Muchas gracias Ana Carmen. Enorme esa reflexión que haces, por muy obvia que nos parezca. El tiempo vuela...y todo lo que no aprovechemos se puede perder. Gracias otra vez, realmente la foto a mi también me encantó. Feliz tarde y semana con un abrazo!!!
EliminarHola Anaje! Muchas gracias por tratar este tema tan importante como son los límites. Y además de forma impactante con esta foto alucinante y el lema tan pegadiza. Me inspira mucho. Creo pasaré con frecuencia por aquí.
ResponderEliminarEn mi formación como psicoterapeuta he visto lo relevante que son los límites y como nos condicionan también como adultos. Recuerdo un amigo que le costaba reconocer sus limitaciones de salud desde la infancia, y como esto lo tenía atenazado. Culpaba a un dios externo. Pero hasta que no ha empezado a reconocer sus límites personales (con dolor), y hacerlos suyos, no ha podido empezar poco a poco a ir más allá, y tomar el protagonismo de su vida, para caminar seguro y firme dentro del "don" que abren sus límites. Un abrazo y todo mi apoyo para seguir regalándonos estos tesoros.
¡Hola Nacho! Pones encima de la mesa un tema muy interesante. Por un lado están los límites que debemos establecer los educadores o facilitadores. Tú también lo eres por la formación que estás llevando a cabo. Por otro lado, lo que tú escribes, es un tema absolutamente fundamental bajo mi punto de vista. Me explico...asumir que somos seres limitados, nos hace mucho más felices. Por eso veo que en las aulas debemos ayudar a nuestros alumnos a que conozcan sus limitaciones o debilidades para que las mejoren, al mismo tiempo que sus fortalezas para que las potencien. Muchas gracias por tu visita, tan agradable. Y me acabas de regalar una gran caricia emocional. Encantada de que pases por aquí. ¡Un abrazo!
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